¿Qué harías si no tuvieras miedo?


¿A qué le tenés miedo? 

Yo le tengo miedo a lo inesperado, aunque soy buena sorteando imprevistos (los encantos de trabajar en un medio de comunicación). Le tengo miedo al fracaso. Le tengo terror a las ilusiones, e igual me permito tenerlas. Le tengo miedo a no ser lo suficientemente buena. Le tengo miedo al hecho de sentir que prometo más de lo que soy. Tengo miedo de tomar decisiones equivocadas (pero más miedo le tengo a la indecisión, así que siempre decido algo). 

La vida se encarga de preguntarme una y otra vez, "¿a qué le tenés miedo?". En Pinterest con sus benditas frases motivadoras. En el libro de Sheryl Sandberg, Lean In. Poniéndome en situaciones de perder lo que más amo, en cuestiones de vida o muerte. Después me pregunté, seriamente, qué se interpone entre yo y mis sueños. Encontré mil factores externos para culpar, pero al final de todo, la vasta mayoría eran realidades alternas en mi cabeza y en consecuencia, excusas por miedo.




Tengo que confesarles, que este post está como borrador hace 2 años. En él, reflexionaba sobre el largo camino a cumplir uno de los sueños más grandes de mi vida. Decía en el post que sentía que algo bueno estaba por pasar; contaba cómo pelée con mis sueños, cómo le puse excusas, le asfixié esperando que muera y no lo hizo y cómo pasa el tiempo, y muchos soñamos de todo, pero pocos dan los pasos concretos para hacer realidad esos sueños. En este post en eterno borrador, decía que esperaba contarles pronto que sí, se puede hacer realidad el sueño; que tenía todas mis fichas puestas en esto, porque de otra manera no me iba a animar a dar los pasos. Contaba que estaba saliendo de mi zona de comfort, de donde me siento segura, de la certidumbre para jugarme por esto. Contaba que cerraba los ojos y me veía yendo a mi primer día de clases, una maestría en Gestión de Medios de Comunicación, en una ciudad cosmopolita como Nueva York o acogedora como Boston, y volviendo para dar lo que recibí, que tanta falta hace en mi área profesional.

Hoy no puedo decir que hice realidad mi sueño. Al menos ya puedo decirlo sin llorar. Pero en mi favor, no dejé que el miedo al fracaso me impida jugarme, esforzarme y llevar adelante un proyecto personal. Estoy trabajando en que el sueño asuma otra forma, y otra manera que no es de mis planes originales; veremos en qué desemboca.

En el camino de mi vida tengo a mucha gente clave para llegar a donde estoy, pero hay dos personas claves para animarme a ir tras mi sueño. Una es un amigo de adolescencia, colega de estudios del colegio y de andanzas de la vida. Este amigo es una luz ambulante, no solo por su inteligencia: de verdad, irradia un nosequé de paz y templanza. Tiene el encanto de ser una de las pocas personas en el mundo en no tenerme miedo y animarse a empujarme más allá, cuando sabe que puedo dar más. Le vi hacer su sueño realidad, e ir a hacer su maestría afuera. Me inspiró con sus acciones y con su actuar a no tenerle miedo y no dejar de intentar. El otro amigo (para mí ya es un amigo, no sé si es recíproco pero qué más da), lo conocí en uno de esos momentos que sabés que te cruzás con alguien especial. Era una reunión general de la compañía, y si bien trabajamos en polos extremos, en un cruce de saludos grupales nos presentan. Me generó curiosidad su cargo, y a los 10 minutos no pude evitar tocarle el hombro y preguntarle, "¿qué significa eso que contaste que hacés?" y nos explicó su rol, que es una suerte de intérprete de data para el más alto gerente. "¿Y qué se estudia para eso?", y contó que estudió en Estados Unidos un MBA...y deslizó la información: es un Fulbrighter. Yo no atiné a hacer más que maravillarme y decirle, "qué increíble; siempre quise hacer y nunca me animé." Fue suficiente para que me envíe invitaciones a las charlas, me dedique unos cuantos almuerzos para discutir conmigo el camino, lea mis 3 intentos de ensayos y me haga devoluciones sobre ellos. Un gran guía en todo el camino que atravesé. No creerá en Dios, pero se va a tener que resignar a aceptar que fue Dios quien le hizo cruzarse en mi camino.

Está demás decir (o no) que Mr. Hubby una vez más, es lo que necesito que sea. Contándole mi sueño personal, y viendo que me paseo en el mar de incertidumbres, no hace más que alentarme y hacerme saber que haga lo que haga, él se embarca conmigo en la aventura. No compitió nunca con mis sueños, porque sabe que él es el más grande de ellos. Así que cada vez que a mí se me ocurre una demencia menor o mayor, es mi más grande hincha.

Así que este no es un post de victoria; es una sencilla reflexión en el intentar, en el proponer, en el soñar y ser consecuente con el sueño. Esto se trata de caerse y de levantarse de la fosa, de dejar de cavar la tumba, de dar todo porque es la única manera de saber que te jugaste al todo o nada. De transformar el sueño. De soltar, de aceptar y de liberarse.

Como dirían los de OneRepublic, en su tema "I Lived":

The only way you can know
Is give it all you have
And I hope that you don't suffer
But take the pain
Hope when the moment comes
You'll say...

[Chorus]
I, I did it all
I, I did it all
I owned every second
That this world could give
I saw so many places
The things that I did
Yeah, with every broken bone
I swear I lived




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